jueves, 12 de mayo de 2011

*La Vida de Casada*

Definitivamente cada nueva experiencia en la vida te muestra que tan capaces somos de asumir nuevos retos. Estoy caminando por un sendero que hasta ahora desconocía y del que si me preguntaban hace un tiempo atrás decía que jamás podría asumir por la forma de ser tan complicada que poseo…

 

Pero como dicen a todo lechón le llega su diciembre y aparentemente A MI ME LLEGO EL MIO!

 

Puedo dar fe y testimonio de que la mayoría de los miedos que nos invaden antes de dar un paso como ese de unir tu vida a alguien que tiene formas y costumbres diferentes a las tuyas son inventos y exageraciones de quienes lo han decidido primero que tu. Naturalmente si eliges una persona sin antes proyectar como seria una vida en común con ella estas destinado a fracasar en ese intento.

 

Pero si por el contrario analizas todos los PRO y los CONTRA de tal decisión y como yo haces un piloto de convivencia para ver si es posible hacerlo, el riesgo puede disminuirse muchísimo (ya que nadie es dueño de la verdad absoluta y no se puede asegurar que las personas no modifiquen sus comportamientos a lo largo del tiempo).

 

Uno de los retos mayores del matrimonio es LA CONVIVENCIA. Esa parte que nadie ve luego de las fotos hermosas, los viajes de luna de miel y las reuniones sociales a las que asistimos en conjunto. La parte MALA como muchos la llaman, que si vamos al punto central NI TAN MALA ES.

 

No es que cambies tu forma de ser por la otra persona, se trata de APRENDER A VIVIR como eres al lado de esa persona.

 

Es necesario cuidar una serie de detalles para que nuestra vida en común sea un éxito y, si existiesen pequeños roces, puedan superarse. Será fundamental que cada uno de nosotros tenga su propio espacio, eso no significa que cada uno se mueva aisladamente del otro: es muy bueno que respetemos los momentos de silencio o pequeño aislamiento de nuestra pareja sin atosigarle ni forzarle. Esos momentos son como una pequeña botella de oxígeno y en la rutina del día y es bueno tener esos paréntesis.

 

La vida en pareja será algo nuevo, tenemos que llegar a un consenso ya que cada uno de nosotros, antes del enlace, estábamos acostumbrados a una serie de acciones y ahora hemos formado una familia y por tanto iremos incorporando a nuestra rutina nuevos usos y costumbres. Debemos pensar y hacer entre los dos nuestro futuro. El hecho de que “cuando el vivía con su mama” las cosas eran de tal o cual manera, no implica que sean de igual forma en esta nueva vida. Lo mismo pasa en mi caso que vengo de una situación mucho mas incomoda que la de vivir con mi madre: VIVIR SOLA. El nuevo rol que asumo implica abandonar ciertas costumbres y formas de hacer las cosas pues YA NO ESTOY SOLA, sino que debo consultar cosas antes de tomar decisiones, escuchar su punto de vista ya que no es valido solo el mío y un sin numero de detalles que solamente con paciencia y tiempo uno aprende.

 

Los hábitos de limpieza de cada uno suelen ser una continua fuente de discusión en la pareja: hay que establecer, desde un principio para no llamarnos a engaño, unas normas mínimas a seguir dentro de nuestro hogar. Tu eres el encargado de sacar la basura (por poner un ejemplo) o te debes encargar de planchar tu ropa mientras preparo la cena para los dos.

 

Los nuevos roles que uno como mujer ha asumido respecto al trabajo y la preparación profesional ya no le permiten a uno limitarse a ser UNA AMA DE CASA pura y simplemente. Ya al igual que el hombre, una llega cansada del trabajo, agotada por la eterna pela de los tapones y al igual que ellos tenemos derecho a tener un mal día en la oficina. Por lo tanto la casa en la QUE VIVIMOS LOS DOS debe ser mantenida en orden y “habitable” POR LOS DOS, repartiendo entre ambos las obligaciones y tareas de manera equitativa.

 

Como gran novedad en mi, he podido notar que mi amor por la cocina ha aumentado, pues con tal de agradar a Mi Esposo siempre estoy inventando cosas que se que le pueden gustar…

 

Nuestra sociedad machista habla de que EL HOMBRE ES QUIEN SUPLE en la casa, sin embargo la situación económica actual no nos permite darnos ese lujo. Los gastos deben ser también repartidos entre los dos aunque no con igual carga pues es bien sabido que los ingresos de las mujeres aun no han podido igualarse a los de los hombres en los puestos de trabajo.

 

Por ello, cuando sea necesario suplir algo de la casa y el no tenga, yo lo puedo hacer y viceversa. Lo deseable es que lleguemos a un punto en donde no se hable de los ingresos tuyos y míos sino DE NOSOTROS. Pero eso se alcanza con el tiempo…

 

Los gastos y compromisos personales así como las deudas asumidas antes de casarnos no deben bajo ningún concepto afectar el hogar. Debemos instituir el hogar como si se tratara de una empresa, si no hay orden, una buena administración de las finanzas y un correcto manejo pues se nos va a la quiebra.

 

Estoy muy agradecida de la pareja que me ha tocado, pues es una persona amante del dialogo y el consenso que es BASICO para el buen desarrollo de este proyecto llamado matrimonio. Y sobre todo es MEDULAR que exista AMOR en quienes han decidido unir sus vidas pues cualquier roce o mal entendido CON AMOR puede superarse.

 

Si seguimos unas pequeñas reglas,  junto con grandes dosis de cariño y comprensión por parte de los dos,  seguro que nuestro matrimonio será fuerte por muchos años.